Hagamos CineDIY (Do It Yourself): El infierno del diálogo explicativo (o informativo).

Así como el infierno de Dante tenía nueve círculos (Limbo, lujuria, gula, codicia, ira, herejía, violencia, estafa y traición) el cine también tiene los suyos, y uno de los más temidos es el diálogo explicativo (no confundir con el
“sobre-explicativo”… eso es otro círculo).
Se denomina diálogo explicativo a aquel que transmite información de forma directa a través del diálogo, pareciendo casi (y sin el casi) estar hablando con el público en vez de con otro personaje o cualquier otra situación justificada, creíble.
Esto, salvo en contadas ocasiones, saca de la historia al espectador que nota la “falsedad” de la acción.
Hablemos de tres tipos de diálogos explicativos:

1) “Mirando a cámara” o, como yo lo llamo: “diálogo Gandalf”
En este tipo el personaje en cuestión (visible o voz en off) nos deja claro que se sale de la historia para “venirse” a nuestro lado, hablar y volver a su historia como por arte de magia...
Si se producen en los primeros diez minutos del film, en la presentación de la atmósfera de la película, no suelen desentonar pues nos está avisando de que lo que vamos a ver es, por ejemplo, humor absurdo (curiosamente suele ser el más profundo de los humores) y podrá hacerlo cuando quiera durante el desarrollo de la película, que no nos va a desencantar.

2) A otro personaje para describir una situación (pero nunca una vital para la historia) o, como yo la llamo: “No es a tí, es al colega”.
Por ejemplo, si un guía turístico explica la historia de un edificio a un grupo de excursionistas aludiendo a la resistencia del mismo, destacando que ha resistido a varias guerras y sigue intacto, para acto seguido y de forma inesperada ser derribado por una bala de cañón.
En este caso también está justificado pues es perfectamente creíble que un guía turístico en el ejercicio de sus labores lo diga.

Un ejemplo de estos dos primeros podemos verlos en los primeros 10 minutos de ISI/DISI 2 (Florentino Fernández y Santiago Segura).
Primer ejemplo: 00:30 a 1:05
Segundo ejemplo: 05:50 a 07:16

3) Cuando se explica algo vital de forma hablada y sin justificación, o como yo lo llamo: “Tío, no he visto peor uso de un árbol en mi vida”.
El cine es imagen, y aunque puede apoyarse en otros elementos diegéticos y extradiegéticos estos solo deben usarse para complementar la imagen y no para sustituirla. Siempre que sea posible cambiar diálogo por cualquier otro elemento del lenguaje cinematográfico: un gesto, una situación donde quede patente el sentir del personaje… la regla dice que debe hacerse (No te saltes las reglas hasta que las conozcas, luego, si quieres, olvídalas.)

Ejemplo:

Con diálogo explicativo:

EXT. PLAZA PÚBLICA. NOCHE

JOSE

¿Y ahora? Si te has quedado sin trabajo no podrás conseguir el dinero para ir a hacer las pruebas de guía turístico en Roma. Es el sueño de tu vida y solo quedan dos meses. Necesitas 2.000 euros como poco.

Sin diálogo explicativo:

INT. HABITACIÓN DE ANTONIO. AMANECER

Antonio coge un bolso bandolero de una silla y se lo pone cruzado. Saca un bolígrafo del bolso bandolero y se dirige hacia una cajonera junto a la puerta, encima de la misma hay un calendario. Lo coge y tacha la fecha actual. El mismo día dos meses después está escrito: "Pruebas Roma".
Tras tacharlo guarda el bolígrafo en el bolso bandolero, sale de la habitación y cierra la puerta.

(Para explicar lo mismo el espectador unirá esta escena junto con otras dos:
Una trabajando como guía turístico en la ciudad de Las Palmas y demostrando que es muy bueno en su trabajo y otra en la que de forma justificada lo comenta con su jefe).

La historia tiene que ser entendida aunque quitemos el sonido. Si lo conseguimos, estaremos en el camino, largo y pedregoso pero a vez maravilloso, hacia el buen guión, base de toda gran producción.

Archivo del blog

RSS

El infierno del diálogo explicativo (o informativo).